Vivir con consciencia plena en todo momento respecto a nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, palabras y acciones es nuestro derecho. Pero sobre todo es un deber si queremos dejar de hacernos daño a nosotros mismos y dejar de dañar a los demás. Si vivimos pensando en el pasado tormentoso, deprimiéndonos, afectaremos nuestra mente y espíritu. Lo mismo si nos angustiamos por el futuro. ¿Para qué anclarnos en el pasado o el futuro con pensamientos tóxicos que además dañan nuestro cuerpo?
Está probado científicamente que los pensamientos, emociones, palabras y acciones negativas constantes perjudican la salud y por el contrario, los positivos generan bienestar. Pensar en dolores pasados atrae la depresión y angustiarnos por el futuro genera ansiedad. Y ambos, afectan tus relaciones con los demás.
Si te equivocaste por la mañana y te las pasas todo el día enjuiciándote difícilmente te concentrarás en tu presente para corregir tu error o solucionar tus problemas.
Por eso, mejor respira profundamente, sonríe y vive con atención al presente, momento a momento, con pensamientos positivos y actitud feliz construyendo las bases de un mejor futuro. Al final del día haz una revisión de tus acciones y te darás cuenta que cuanto más conectados estamos al presente, podemos ser más productivos y eficientes y sobre todo estar más sanos y equilibrados. Que tengas una excelente semana, llena de paz, amor, actitud positiva, respeto y afecto.
Gracias por leer y compartir. ¡Bendiciones!